jueves, julio 02, 2015

Tratamiento de la Hidatidosis abdominal en portadores asintomáticos (Provincia de Río Negro - Argentina)






 Carlos H. Mercapide (1), Mario del Carpio (2), Juan C. Salvitti (3), Jose Sustercic (4), Hector Panomarenko (5), Leonardo Uchiumi (1), Edmundo Larrieu (6)

1: Servicio de cirugía del Hospital Artemides Zatti, Viedma, Río Negro
2: Servicio de cirugía del Hospital Ramón Cortizo, Ingeniero Jacobacci, Río Negro
3: Servicio de cirugía del Hospital Ramón Carrillo, San Carlos de Bariloche, Río Negro
4: Servicio de cirugía del Hospital Francisco Lopez Lima, General Roca, Río Negro
5: Servicio de clínica del Hospital de Area, El Bolsón, Río Negro
6: Programa de Control de la Hidatidosis, Ministerio de Salud, Río Negro


Dr. Carlos Mercapide: Hospital A. Zatti, Rivadavia y Guido, 8500 (Viedma). 
E mail:  carlosmercapide@gmail.com


RESUMEN
La Hidatidosis producida por el Echinococcus granulosus es una enfermedad endémica en la Provincia de Río Negro, Argentina. Encuestas ultrasonográficas efectuadas en la Provincia de Río Negro en el año 1984, encontraron tasas de prevalencia en niños de 7 a 13 años de edad del 5.6%. En 1997, la ultrasonografía fue seleccionada como método de elección para el desarrollo de encuestas poblacionales con fines de vigilancia epidemiológica y diagnóstico precoz y se normalizaron los criterios de tratamiento médico de los casos detectados en las encuestas ultrasonográficas, en forma acorde a conceptos modernos de la biología de la enfermedad y al desarrollo de las nuevas posibilidades terapéuticas
El objetivo de esta investigación es evaluar los resultados del programa sistemático desarrollado en áreas endémicas de la Provincia de Río Negro, Argentina,  en el período 1997/2007 de búsqueda de portadores de quistes hidatídicos,  su seguimiento y tratamiento con albendazol y/o punción y/o cirugía.
La población bajo estudio comprendió 5745 escolares (grupo 1) en la encuesta base y 16975 en estudios subsiguientes de impacto, clasificándose a los casos detectados según la clasificación de Gharbi. Asimismo se definió un algoritmo de tratamiento en base a seguimiento, albendazol, punción o cirugía tradicional, según tipo y tamaño del quiste. Se detectaron 70 portadores de quiste hidatídico en la primer encuesta (1.3%), de los cuales el 57.1% ingresaron a protocolo de seguimiento, 35.7% en protocolo de tratamiento con albendazol, 2.9% punción y 4.3% cirugía convencional.  En los estudios de impacto se detectaron 75 casos (0.4%).
La combinación de encuestas ultrasonográficas y tratamientos con albendazol mostraron resultados promisorios en 10 años de seguimiento, tanto en la aplicación clínica dada por un diagnóstico oportuno y un tratamiento efectivo del portador, económico y poco invasivo; como en la aplicación epidemiológica dada por la eficiencia de uso de la ultrasonografía en sistemas de vigilancia, determinación de tasas de prevalencia, determinación de los niveles de transmisión en el pasado reciente y evaluación del programa de control, asegurándose la posibilidad de brindar tratamiento a todos los casos producidos en un área con persistencia de niveles de transmisión.

 

SUMMARY


Ultrasonographic diagnosis, medical treatment and epidemiological surveillance of human cystic echinococcosis in asymptomatic school age carriers: 9 years of follow-up



Hydatidosis or cystic echinococcosis (CE) caused by Echinococcus granulosus is endemic in the Province of Río Negro, Argentina. The objective of this investigation was to evaluate the results of a program carried out in the years 1997/2006. Abdominal ultrasonography was used, classifying the cases detected according to WHO guidelines. A treatment algorithm was defined which included observation, albendazol therapy, PAIR or surgery, according to cyst type and size.

A total of 5745 schoolchildren (group1) were evaluated and 14627 in the follw year.  Of the first 70 cases, 40 (57.1%) were included in follow-up protocol, 25 (35.7%) in treatment protocol with albendazol, 2 (2.9%) with PAIR and 3 (4.3%) with conventional surgery. After 9 years no complication and no new cystic were observer in the 70 cases.  The combination of ultrasonographic screening and albendazol treatment showed a great results in the management of the hydatid cases in the scholchildren.


Palabras Claves: hidatidosis, diagnóstico, tratamiento, ecografía, albendazol
INTRODUCCIÓN

La Hidatidosis o Equinococcosis quística producida por Echinococcus granulosus es una enfermedad endémica en la Provincia de Río Negro, Argentina 9. Por ejemplo, en  1984 la tasa de portadores no sintomáticos de quistes hidatídicos abdominales, en niños de 7 a 13 años de edad era del 5.6% 2,3
Los problemas de salud generados por la hidatidosis en la provincia determinaron la creación de un Programa de Control en el año 198012. Desde entonces se han elaborado y mantenido políticas sanitarias tendientes a disminuir la ocurrencia de casos nuevos cortando el ciclo de transmisión y a mejorar el pronóstico del paciente mediante su diagnóstico precoz y tratamiento oportuno 12,13.
La primer barrera operativa, así, resultaron las acciones de control que incluyeron la desparasitación masiva de perros rurales con praziquantel, educación sanitaria y legislación específica (Ley 2570) de apoyo. 13
La segunda barrera operativa fue construida en base a acciones para la detección temprana de casos nuevos, en especial en población joven, en el período 1980-1996 mediante catastros serológicos utilizándose test de látex, doble difusión cinco (DD5) o enzimo inmuno ensayo (EIE), de acuerdo a la tecnología disponible12, asociado al posterior diagnóstico de localización (ecografía abdominal, radiografía de tórax, tomografía axial computarizada, etc) con tratamiento quirúrgico precoz 22,26
Esta estrategia posibilitó la disminución marcada de la morbimortalidad y de los  tiempos de internación 12,22,26.
            A partir de 1997 se ajustó la estrategia de acuerdo a  los nuevos conocimientos de la historia natural de la enfermedad (por ejemplo el conocimiento de la existencia de hasta un 67% de casos en los que se mantiene una situación de equilibrio entre el quiste hidatídico y su huésped, con un crecimiento del parásito sumamente limitado o nulo, sin llegar a afectar la salud del portador a lo largo de su vida)5,14,15 y a la nueva tecnología (disponibilidad de la ultrasonografía en áreas rurales, tratamientos quimioterapicos, cirugía miniinvasiva, etc) 2,3,8,9,23-25
Así, la ecografía se transformó en el método de elección para el diagnóstico poblacional (catastros), con especial referencia a niños de 6 a 14 años de edad, debido a su mayor especificidad (97%) y sensibilidad (100%) en relación a la serología1,3,4,18, su costo operativo  sumamente accesible para los servicios de salud  y por posibilitar el diagnóstico de los quistes en su principal ubicación anatómica (85% de los quistes hidatídicos no sintomáticos son de localización hepática)14,15.
El albendazol se instituyó como primer línea terapéutica en el tratamiento de los quistes hidatídicos hepáticos, basados en la sólida literatura internacional sobre sus posibilidades y ventajas8,9,23,24,27 y en las experiencias documentadas en la Provincia de Río Negro en donde se observó la evolución de los quistes con cambios evidentes en las imágenes ecográficas asociadas a daño, involución o muerte del parásito en proporciones variables del 54 % al 71% de los casos16,17.
La indicación quirúrgica (convencional o por procedimientos miniinvasivos tal como videolaparoscopía y percutáneos) constituyó la tercer barrera para solucionar los problemas causados a la salud por hidatidosis, aplicándose en portadores sintomáticos y portadores asintomáticos con quistes mayores de 7 cm. de diámetro o cuya localización pudieran implicar riesgo para el portador, especialmente los Tipo III (multivesicular) por su alto porcentaje de complicaciones (en especial la apertura a la vía biliar). Previo a la intervención  programada se les realizó un ciclo de un mes de tratamiento con albendazol a la dosis de 10 mg/kg/día, efectuándose las cirugías con la hidatidotécnica clásica. 19,20,22,25,26.
El objetivo del presente trabajo, de tal manera, es evaluar los resultados del programa  desarrollado en áreas endémicas de la Provincia de Río Negro, Argentina,  en el período 1997/2007 de búsqueda activa y atención médica de portadores de quistes hidatídicos de 6 a 14 años de edad y en portadores adultos no sintomáticos detectados en forma casual.

MATERIALES Y METODOS
 
El área de trabajo corresponde a la Provincia de Río Negro, que  se encuentra situada en el límite septentrional de la región pataónica, en el sur de Argentina. Su superficie es de 203.013 Km2, encontrándose políticamente dividida en 13 Departamentos. La población humana es de 551.950 habitantes (censo 2001), de los cuales el 14.9 % se encuentran ubicados en pequeñas localidades rurales, aisladas, o dispersos en el medio rural, con una densidad demográfica de 0.88 habitantes x Km2. (figura 1)
Entre los años 1997 y  1998 se realizó el catastro ecográfico inicial a 5475 niños (grupo 1) concurrentes a 94 escuelas primarias rurales y urbanas de 10 departamentos de la Provincia de Río Negro (Bariloche, Ñorquinco, Pilcaniyeu, 25 de Mayo, 9 de Julio, Valcheta, El Cuy, General Roca, Adolfo Alsina y Avellaneda) 17, en base a técnicas oportunamente estandarizadas 2,3,6
Posteriormente, y en los mismos grupos de edad se efectuaron 4488 estudios en el periodo 2001/02, 6436 en el periodo 2003/04 y 6051 en el periodo 2005/06, resultando un total de 16975 estudios (grupo 2).
En total se efectuaron 22450 encuestas ecográficas a población rural escolar de riesgo. Los casos detectados fueron georeferenciados e introducidos a un sistema de información geográfico (SIG).
Se consideró caso a todo niño de entre 6 y 14 años de edad que en el catastro ecográfico abdominal presentó imágenes compatibles con quistes hidatídicos hepáticos, de acuerdo a la clasificación de Gharbi 7:
Tipo I: quistes hialinos, en donde el líquido del contenido es como agua, con o sin signo del nevado, membrana visible. Constituyen quistes vitales. Este grupo se subdividió en base a su tamaño en Ia (menores de 3 cm. de diámetro) y  Ib (de 3 a 7 cm de diámetro).
Tipo II: quistes con desprendimiento de la membrana, el contenido líquido es como agua. Constituyen quistes vitales con signos de sufrimiento.
Tipo III: quistes hidatídicos con vesículas múltiples en su interior, multivesiculares,  que pueden generar tabicaciones. Constituyen quistes muy agresivos, con mayores posibilidades de complicarse, aunque su vitalidad puede estar comenzando a disminuir.
Tipo IV: quistes de imagen sólida, hetereogéneos, de densidad variable, contenido como pasta, pueden presentar calcificaciones parciales. Constituyen quistes no vitales, envejecidos.
Tipo V: quistes calcificados. Constituyen, en principio, quistes muertos.
A todos los casos se les realizó radiología de tórax de frente y  perfil.
Tratamiento:
Se definió un algoritmo de tratamiento basado en tipo y tamaño del quiste (Tabla 1):
Tipo Ia, solo observación y control ecográfico (por baja proporción esperada de complicaciones); Tipo Ib,  con diámetros entre 3 cm. y hasta 6 - 7 cm. quimioterapia con albendazol.
Tipo II y III (hasta 7 cm. de diámetro) se inició tratamiento con albendazol. En caso de respuestas negativas se efectuó retratamiento.
Tipo IV observación y control ecográfico, sin tratamiento (por tratarse de quistes de poca vitalidad o vitalidad nula);
Tipo V sin control  rutinario y  sin tratamiento (por tratarse de quistes sin actividad parasitaria o muertos), cualquiera sea su tamaño.
El albendazol fue utilizado a la dosis de 10 mg/kg de peso/día durante 120 días,  asociado a ranitidina 300 mg/día u omeprazol 20mg/día, incluyéndose controles previos y cada 30 días de hemograma, urea, creatinina, coagulograma y hepatograma.
La indicación de cirugía fue sintomáticos y portadores asintomáticos con quistes mayores de 7 cm. de diámetro o cuya localización pudieran implicar riesgo para el portador, especialmente los Tipo III (multivesicular) por su alto porcentaje de complicaciones (en especial la apertura a la vía biliar). Previo a la intervención quirúrgica programada se les realizó un ciclo de un mes de tratamiento con albendazol a la dosis de 10 mg/kg/día, efectuándose las cirugías con la hidatidotécnica clásica
En todos los casos, cirugía fue considerada la última etapa del algoritmo, incluyendo pacientes con síntomas clínicos, portadores asintomáticos con quistes que por su tamaño (superior a los 7 cm. de diámetro) o localización pudieran implicar riesgo para el portador, especialmente los evolucionados a Tipo III (multivesicular) por su gran potencialidad para complicarse (especialmente romperse a la vía biliar). En los casos con indicación inicial de cirugía, previo a la intervención quirúrgica programada se les realizó un ciclo de un mes de tratamiento con albendazol a la dosis de 10 mg/kg/día, efectuándose las cirugías con la hidatidotécnica clásica19-22,26.
Para la interpretación de los resultados de los tratamientos se utilizó la siguiente escala:
Involución total: desaparición de toda imagen ecográfica compatible con hidatidosis.
Cambios involutivos ó positivos: modificación en las imágenes ecográficas indicativas de daño o sufrimiento o envejecimiento del quiste hidatídico, tales como desprendimiento de la membrana germinativa, cambios/opacidad del contenido del quiste, deformación/disminución del tamaño o calcificación (de Tipo I a Tipos II, IV ó V).
Sin cambios: ninguna  modificación en las imágenes ecográficas en el tamaño o el contenido del quiste.
Cambios evolutivos ó negativos : quistes originalmente Tipo I o II que evolucionan a Tipo III (ó multivesicular) estadio asociado con alto porcentaje de complicaciones, especialmente rupturas a la vía biliar o supuraciones. Modificación en las imágenes ecográficas que indican crecimiento del tamaño del quiste o aparición de sintomatología  asociada a complicaciones del mismo.
Seguimiento:
Todos los casos fueron seguidos en base a controles ecográficos para verificar modificaciones del tamaño y del estado de las membranas y contenido (modificaciones cualitativas y cuantitativas), estudios efectuados a los 30 días de iniciado el tratamiento u observación, otro a los 60 días  y luego se procedió a un  control trimestral hasta completar el primer año de seguimiento, en el segundo año se efectuó un control  semestral y a partir del tercero se efectivizó un examen anualmente.  
Igual protocolo se realizó en los casos de portadores de quistes hidatídicos no sometidos a tratamiento alguno (solo seguimiento).
En todos los casos el cumplimiento del examen fue asegurado por la red hospitalaria provincial, asegurando el cumplimiento de los controles normatizados.
El grupo 1 (base) fue seguido inicialmente durante un período de cuatro años 17completándose en el presente trabajo observaciones a 10 años post tratamiento. Sobre el grupo 2, por su parte, se mantiene el seguimiento desde el año diagnóstico hasta la fecha.
Protocolo:
Los algoritmos de diagnóstico y tratamiento aplicados corresponden a los sugeridos por el Comité Médico Provincial de Hidatidosis (Resolución 2269 del Consejo Provincial de Salud Pública de Río Negro) y que constituyen las Normas Provinciales de Diagnóstico y Tratamiento de la Hidatidosis Humana (Resolución 3720 del Consejo Provincial de Salud Pública de Río Negro).
Análisis estadístico:
Se estimaron los intervalos de confianza del 95% para las proporciones y el chi2 de tendencia y se analizaron diferencias mediante el test de Mantel-Haentzel o Pearson. Las estimaciones se efectuaron con el software Epidat 2.0

RESULTADOS

Diagnóstico
En el Grupo 1 (base) se detectaron 70 portadores (1.3) con 87 quistes hidatídicos (1.2 quistes por portador). El 42.2% de los casos resultaron del sexo femenino y el 57.8% masculino, siendo las diferencias estadísticamente no significativas (prueba de Mantel Haentzel p: 0.50).
En relación al tamaño, 39 (44.8%) resultaron de entre 1 y 3 cm., 30 (34.5%) entre 4 y 6 cm., 14 (16.1%) entre 7 y 9 cm. y 4 (4.6%) de 10 cm. o mas. El tamaño promedio fue de 4.6 cm. con un desvío estándar de 2.8
En relación al tipo de quiste, 58 (66.7%) resultaron tipo I,  15 (17.2%) tipo II, 5 (5.7%) tipo III, 6 (6.9%) tipo IV y 3 (3.5%) tipo V.
Sesenta y nueve de los casos diagnosticados (98.5%) estaban sin síntomas, mientras que uno (1.5%) presentaba síntomas compatibles con hidatidosis complicada (dolor hepático, ictericia leve).
Ochenta y cuatro de los quistes diagnosticados (98.9%) correspondieron a la localización hepática y uno (1.1%) a bazo (tabla 2).
En los controles radiológicos efectuados pre-tratamiento a todos los positivos a ecografía se detectaron 3 casos con quistes hidatídicos pulmonares concomitantes. (4.2 % de casos a doble localización).
En el Grupo 2 (impacto) se diagnosticaron en total 75 casos de edad promedio 9.1 años, resultando el 50% de sexo femenino y 50% de sexo masculino, correspondiendo 19 portadores (0.4%) al período 2001/02; 36 portadores (0.6%) al período 2003/04 y 20 portadores (0.3%) al período 2005/06, con un total de 86 quistes (1.1 quiste por paciente) (Tabla 2).
Ochenta y nueve con seis por ciento resultaron Tipo I y II, 3.5% tipo III y 7% tipos IV y Tipo V (Tabla 3).  En relación al tamaño, el 77% resultó menor a 6 cm y el 33% mayor a 6 cm. La localización mas importante fue hígado con 70 casos (90.9%), 3 (3.9%) casos resultaron de localización renal y 3 (3.9%) tuvieron localización simultánea en hígado y pulmón.
En todo el proceso se diagnosticaron y colocaron bajo protocolo un total de 145 casos (figura 2).
Tratamiento:
En el grupo 1, inicialmente 40 (57.1%) ingresaron en protocolo de solo observación, 25 (35.7%) en tratamiento con albendazol, 2 (2.9%) fueron sometido a punción (PAIR) y 3 (4.3%) a cirugía convencional.
En los casos en los que se indicó cirugía convencional en forma inmediata posterior al diagnóstico correspondieron, en el grupo 1, a un caso sintomático: hidatidosis múltiple hepática, presentaba el paciente tres (3) quistes Tipo I, uno de 15 cm de diámetro y dos (2) de 7 cm., y los dos restantes fueron portadores asintomáticos:  el primero con un quiste hepático Tipo III, de 9 cm de diámetro y el segundo con un quiste hepático Tipo I de 8 cm. de diámetro asociado a un quiste pulmonar.
En el grupo 2, inicialmente 8 (10.7%) fueron operados en función del tamaño del quiste, su localización o por ser sintomáticos. De los restantes, 27 (36%) ingresaron a protocolo de solo seguimiento y 40 (53.3%) a tratamiento con albendazol.
Seguimiento
En el grupo 1, los resultados del uso de albendazol luego de un promedio de 29 meses de seguimiento mostraron que, en el 52.2 % de los portadores tratados con la droga hubo efecto positivo en modificar el estado evolutivo del quiste (involución total del quiste o cambios positivos), mientras que en los no tratados (solo observación) hubo evolución positiva en el 35.9%, resultando las diferencias estadísticamente no significativas (p: 0.2).
Sin embargo, a los 4 años de observación el efecto positivo subió al 76.0% de los portadores tratados con la droga, mientras que en los no tratados (solo observación) la evolución positiva se ubicó en el 38.5%, resultando como consecuencia diferencias estadísticamente significativas (p:0.00, OR 0.07  IC95% 0.0-0.6).
Un análisis detallado a 4 años muestra que de 39 casos bajo protocolo original de solo observación que pudieron ser seguidos longitudinalmente, se observó que en 8 (22.2%) los quistes involucionaron totalmente, en 7 (17.9%) presentaron cambios positivos, 11 (28.2%) se mantuvieron sin cambios, 2 (5.1%) pasaron a Tipo III y 11 (28.2%) presentaron cambios evolutivos negativos y debieron ingresar a otros tipos de protocolo. De tal manera, el 68.3% de los casos los portadores se mantuvieron en estado de equilibrio agente – huésped (involución total, cambios positivos, sin cambios). En 3 casos (7.7%) aparecieron complicaciones que requirieron de una intervención quirúrgica.
En los 25 casos ingresados inicialmente a protocolo con albendazol, a los 4 años, en 2 casos (8%) los quistes involucionaron totalmente, en 17 (68.0%) presentaron cambios positivos (involución), en 1 (4%) se mantuvo sin cambios, 4 (16%) pasaron de tipo I ó II  a tipo III y 1 (4%) registró cambios evolutivos negativos (aumento de tamaño). Tres casos recibieron retratamiento.
Los tipos de quiste a los 4 años resultaron 37.6% tipos I y II y 47.7% tipos IV yV resultando las diferencias estadísticamente significativas en relación al inicio de la investigación. (Chi cuadrado de Pearson 36, p:0.00) (Tabla 3).
Las complicaciones observadas fueron: aumento de enzimas hepáticas e intolerancia gástrica que se revirtieron al suspender el tratamiento o asociarlos a antiácidos, no observándose otras complicaciones mayores tal como hepatitis toxica o discrasias sanguíneas.
En los controles efectuados en el año 2007 a 23 casos (10 años de seguimiento), en ninguno (0%) de los casos se diagnosticó un nuevo quiste hidatídico o se observaron nuevas complicaciones. El 69.6% de los casos controlados se encontraba con quistes no viables tipos IV o V, 0% con quistes tipo III y el 30.4% de los casos se mantenían con quistes tipo I o II aunque sin modificaciones en el tamaño (Tabla 3).
El promedio del diámetro de los quistes hidatídicos al final del período de observación resultó de 4.5 cm (IC95% 3.8-5.1, desvío estándar +/- 2.0 cm) siendo las diferencias no significativas con el tamaño al inicio del tratamiento (test de contraste de hipótesis p: 0.73).
En el grupo 2, 1 (2.5%) de los casos sometidos a protocolo de albendazol fueron sometidos a cirugía por aparición de síntomas compatibles con hidatidosis.
DISCUSION:

La estrategia de elección para los problemas sanitarios generados por hidatidosis en la comunidad es la instrumentación de programas de control basados en la desparasitación sistemática de perros, de forma tal de disminuir la ocurrencia de casos nuevos.
La segunda estrategia,  ante las dificultades que los programas vigentes presentan para eliminar definitivamente la transmisión de la enfermedad, es la búsqueda activa y sistemática de portadores asintomáticos de hidatidosis para lograr un mejor pronóstico del paciente con ausencia de complicaciones al momento de iniciarse el tratamiento; resultando asimismo de utilidad para definir el perfil epidemiológico de la enfermedad en un área endémica 12.
Con esta finalidad se han utilizado en la Provincia de Río Negro; Argentina, originalmente técnicas serológicas (doble difusión cinco y  enzimo inmuno ensayo), resultando en ese momento la cirugía precoz la única estrategia posible de tratamiento 12,22,26
En este sentido, el programa de la Provincia de Río Negro logró disminuir la tasa de portadores de edad escolar que en 1984/86 se ubicaba en el 5.6% con un esperado de 165-273 casos totales anuales2,3, al actual 0.3% en el período 2005/2006.
La estrategia de búsqueda activa y tratamiento precoz, por su parte, logró fuertes disminuciones en los tiempos de internación, en la morbi-mortalidad  y en la letalidad causadas por hidatidosis. Sin embargo, la validez de aplicar criterios absolutos de cirugía inmediata en portadores asintomáticos, ha sido  puesto en duda en los últimos años12,14.
En el presente trabajo se ha demostrado la posibilidad de ejecutar programas masivos y sistemáticos de búsqueda activa de casos con ecografía, incorporando estrategias de seguimiento longitudinal y tratamientos no quirúrgicos, garantizando atención médica adecuada en tiempo y oportunidad, a un costo accesible a los servicios de salud, mediante la resolución de la mayor parte de los problemas sanitarios vinculados a hidatidosis en el primer nivel de atención.
Ello ha sido posible por el conocimiento actual de la sensibilidad y especificidad de la encuesta poblacional con US 1,4,6 , las nuevas posibilidades de tratamientos con drogas o procedimientos quirúrgicos miniinvasivos 8,9,16,23,25,27 y el conocimiento actual de la historia natural de la enfermedad 5,15
Los complicaciones observadas en esta experiencia en portadores asintomáticos de hidatidosis de edad escolar, colocados en protocolo de solo observación (28.2% con evolución negativa, 7.7% con aparición de síntomas, tasa anual de aparición de síntomas clínicos del 1.7%) son  inferiores a las observadas en población adulta asintomática no tratada (solo observación durante 14 años: 33% de casos con aparición de síntomas, tasa anual de aparición de síntomas clínicos 2.3%)5.
Resulta clara la evolución en el conocimiento científico sobre las posibilidades de tratamiento médico con albendazol en los últimos años. Así, el relato oficial sobre hidatidosis presentado en el Congreso Argentino de Cirugía 26  solo menciona tangencialmente su aplicación; aportando la bibliografía internacional reciente información concluyente en estudios multicéntricos y protocolizados 8,9,16,23
En nuestra experiencia el tratamiento con albendazol confirmó su efecto en modificar el pronóstico de la hidatidosis abdominal, presentándose efectos positivos en el 76% de los tratados con la droga en los primeros cuatro años de seguimiento y afirmándose esa evolución en los siguientes seis años. Asimismo, se confirma su mayor efecto en población joven.
En nuestra experiencia, asimismo, se verifica un aumento del efecto del albendazol a través del tiempo, observable en las modificaciones en la estructura quística y en su vitalidad. Por ende, ante casos individuales, se requiere un seguimiento prolongado en el tiempo para evaluar con precisión el efecto de la droga en el portador. 
En este estudio, la cirugía convencional, antes aceptada como tratamiento de elección, debió ser aplicada a solo entre el  7% y 10% de los casos detectados.
Estas observaciones confirman la necesidad de evitar la remoción quirúrgica de un quiste hidatídico en un portador asintomático sin confirmar previamente su velocidad de crecimiento y evolución 5,15.
La ausencia de reinfectaciones observada en el presente trabajo, presenta marcada diferencia con observaciones efectuadas en el mismo área de trabajo en 1986 (29% de reinfectaciones en pacientes operados menores de 15 años) y en 1992 (50% de reinfectaciones en pacientes operados de todas las edades)10,11.
Aspectos inmunitarios ligados a la resistencia contra una segunda infección en portadores de hidatidosis pueden explicar esta situación e implican ventajas colaterales para la no extirpación del quiste.
Así, la evaluación de las distintas alternativas de tratamiento, quirúrgicos y no quirúrgicos, debería requerir de procesos prolongados de seguimiento y observación para detectar las complicaciones y recidivas tardías.
El programa de diagnóstico y tratamiento normatizado, en forma coincidente con estudios previos, resultó eficaz en evaluar a la casi totalidad de la población rural dispersa, en disminuir los tiempos de internación, en disminuir los costos generales de atención médica y en minimizar los costos sociales y de desarraigo del poblador rural al eliminarse la necesidad de su derivación a hospitales de alta complejidad para la intervención quirúrgica tradicional.


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25.  Pelaez V, Kugler C, Correa D, Del Carpio M, Guasngiroli M, Molinba J, Marcos B, Lopez E. Pair as percutaneous treatment of hydatid liver cysts. Acta Tropica 2000; 75:197-202
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Tabla 1:
Algoritmo de tratamiento de la hidatidosis humana. Normas Provinciales de Diagnóstico y Tratamiento. 2006, Provincia de Río Negro.


Tipo de quiste
Características morfológicas
Vitalidad
Tratamiento
Ia
Hialinos, <3 cm
Observación con control ecográfico
Ib
Hialinos 3-7 cm
Albendazol
Hialinos >7cm
Cirugía
II
Membrana desprendida
< 7cm
Sí pero con signos de sufrimiento
Albendazol

Membrana desprendida
> 7 cm
Cirugía
III
Membrana desprendida  
 < 7cm
Sí. Muy agresivos, con tendencia a disminuir vitalidad
Albendazol

Membrana desprendida    > 7 cm
Cirugía
IV
Heterogéneos,            calcificaciones parciales
Escasa / No
Observación con control ecográfico
V
Calcificados

No
Sin control ni tratamiento



Tabla 2:
Resultados de catastros ecográficos en población escolar, casos y quistes según tamaño, tipo y localización. 1996-2006, grupos 1 y 2,  Provincia de Río Negro



Grupo 1
Grupo 2
Estudiados

5475
16975
Casos

70 (1.3%)
75 (0.4%)
Nº de quistes

87 (1.2/paciente)
86 (1.1/paciente)
Tamaño
1-6 cm
69 (79.3%)

59 (77%)
7-> 10 cm
18 (20.7%)
27 (33%)
Tipo ecográfico
Tipo I
58 (66.7%)
68 (79.1%)
Tipo II
15 (17.2%)
 9 (10.5%)
Tipo III
5 (5.7%)
 3 (3.5%)
Tipo IV
6 (6.9%)
 5 (5.8%)
Tipo V
3 (3.5%)
 1 (1.2%)
Localización
Hepática
86 (98.9%)
83 (96.5%)
Otra abdominal
Esplénica
1 (1.1%)


Renal

3 (3.5%)




Tabla 3:
 Evolución de los tipos de quistes en 69 portadores iniciales de quistes hidatídicos (grupo 1), de 7 a 13 años de edad, seguimiento durante 10 años, Provincia de Río Negro, 2008
  


Grupo 1

Inicial
 (69 casos)
 85 quistes
Control 4 años
 (69 casos)
 63 quistes
Control 10 años
 (30 casos)
  37 quistes
Tipo I
55 (64.7%)
14 (22.2%)
  4 (10.8%)
Tipo II
  7 (8.2%)
  9 (15.4%)
  2 (  5.4%)
Tipo III
15 (17.6%)
10 (16.9)
  0
Tipo IV
  5 (5.9%)
22 (35.4%)
  13 (35.1%)
Tipo V
  3 (3.5%)
  8 (12.3%)
  12  (32.4%)
Sin imagen quistica


    6  (16.2%)



            Cirugía: inicial a 3 casos. En los 10 años subsiguientes 2 casos


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